Trabajo Artesanal

Defensoras Laborales

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Desde el

Acompañamiento
de ProDESC

Observamos que

Debido a que el trabajo artesanal no se visibiliza como una actividad de importancia económica y a que el trabajo de las mujeres suele ser desestimado, el trabajo de las mujeres artesanas muchas veces ni siquiera es considerado como una ocupación. Se le ve como una actividad para hacer “en el tiempo libre” o algo que se hace “por costumbre o por haberlo hecho desde siempre”.  Debido a que no se visibiliza como una actividad económica seria, no recibe el apoyo ni el reconocimiento dentro de la familia y la comunidad.

Parte de esta invisibilización es también estructural, al punto que es difícil conocer estadísticamente cuántas personas se dedican al trabajo artesanal en México: algunas fuentes consideran que es el mismo número de personas indígenas que de artesanos en el país, otras consideran que son alrededor de 5,000. Ubicarlo dentro de un sector económico es también un reto, pues en ocasiones se contabiliza dentro del sector turística y en otras ocasiones el trabajo artesanal se considera como una microempresa privada. Además, no se toman consideraciones especiales para equilibrar la competencia, pues a nivel fiscal se considera a los trabajadores artesanales como empresarios privados a pesar de que muchas personas trabajadoras artesanales se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Como organización, la Red busca generar un impacto positivo a través del fortalecimiento de sus propias empresas: profesionalización del sector, conocer cómo calcular costos, defender sus productos, ingresos constantes, pero a precio justo. Fortalecer la conciencia de los compradores y de las propias artesanas. Intentar construir mundos artesanales más justos. Se dan muchos apoyos a fondo perdido.

Condiciones Laborales

No es considerado
una ocupación
Sin seguridad social
Sin equilibrio
de competencia

Principales problemáticas

Victoria Novelo (2008) Identifica al trabajo artesanal mediante tres elementos: un amplio conocimiento del oficio; un grado alto de control sobre el proceso de producción que implica la intervención directa en la elaboración del producto, y un proceso de trabajo en donde la herramienta no sustituye a la mano, pues se requiere de pericia y conocimientos que no pueden ser automatizables ni replicables mediante maquinaria. Aunque el trabajador artesanal tiene mucho control sobre el proceso de elaboración de su producto, existen factores globales que dificultan el desarrollo de su ocupación:

Materias primas

Para las trabajadoras artesanas es cada vez más difícil encontrar materias primas de calidad: las distancias, la dispersión geográfica y el agotamiento de recursos en sus territorios dificultan su producción. Ellas tienen que viajar frecuentemente a las ciudades más grandes, pues no acceden ya a los materiales de calidad en sus lugares de residencia. Por ejemplo, mayoría de los mercados locales tienen pocos algodones y linos, y han sido reemplazados por telas sintéticas y más económicas. Este cambio en el acceso a materias primas afecta profundamente la manera de producir de las artesanas. Como resultado, muchos conocimientos se han perdido debido a que los materiales se vuelven inaccesibles o demasiado costos.

Mercado industrializado

Al tiempo que cambian las materias primas, los mercados son reducidos: el trabajo artesanal difícilmente puede competir con los baratos precios del mercado industrializado, o del mercado artesanal sostenido en explotación laboral.

Multiples empleos

Las mujeres artesanas deben tener múltiples ingresos y trabajos. Sobre todo, porque no tienen una garantía de ingresos producto de la venta de su trabajo artesanal. Así que la mayoría de las artesanas son también jornaleras agrícolas o trabajadoras del hogar, por lo que adicionalmente enfrentan las complejidades propias de esas otras ocupaciones.

Clientes

Las mujeres artesanas tienen problemas para contactar compradores y clientes.